He pasado por una operación de la vista

Tras veintinueve años de tener estrabismo itermitente, y empezar a notar problemas como dolor de cabeza o falta de concentración o incluso ceguera periférica en ese ojo (básicamente cuando se me iba el ojo dejaba de ver)… decidí tomar cartas en el asunto. Me explico. Lo primero que hice cuando decidí operarme fue lo peor que cualquier persona en su sano juicio podría hacer: buscar vídeos de la intervención. Menos mal que yo, de “persona en su sano juicio” no tengo absolutamente nada, porque 1) da grima, y 2) me ayudó a tomar el paso.
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Me he comprado un piso: ésta ha sido la experiencia (o el trauma)

Llega un momento en la vida de todos en la que te empiezas a plantear cosas: ¿Intel o AMD? ¿Mac o PC? ¿Sigo pagando alquiler o me compro un piso? Y me compré un piso. Acompañadme en esta aventura donde os explico cómo lo he hecho… y toda la burocracia que ha habido de por medio, que no ha sido poca precisamente. Primero de todo, toca buscar piso. ¿Dónde? Pues donde todo el mundo: Idealista, immobiliarias, buscando en Google… vas a ver como diez pisos hasta que ves uno que dices “oh, este me gusta”.
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El enemigo público de los programadores de apps júnior: las notificaciones push

Como programadores nos encontramos con muchos retos, cada cual más ilógico y extraño que el anterior, pero el auténtico enemigo de cualquier desarrollador de apps son las notificaciones push, que no te engañen. Puedes tardar años en implementar esa pantalla absurda si quieres, que no pasará nada. Pero envías un push a producción y todos te recordarán. Me explico. Yo, siendo programador junior, tenía como objetivo en el momento desarrollar un sistema para enviar notificaciones push a las aplicaciones que desarrollábamos.
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Cuando la monotonía te mata profesionalmente

Muchas veces puedes encontrarte con que tu gestor de proyectos (product owner, product manager, CTO, como quieras llamarlo) puede ser pesad@, pero créeme cuando te digo que es mucho mejor tenerlo, porque el hecho de tener que hablar tú como programador con el cliente es… exasperante. Me explico. Imagínate esta situación: es un lunes, ocho de la mañana, te pones ante el ordenador para trabajar, lo enciendes. Pegas un sorbo de ese brevaje celestial que te has preparado.
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Promesas sin cumplir, burnout y depresión

Menudo cóctel lleva el título, ¿no? Pues si te encuentras con, al menos, una de ellas en tu entorno laboral, mi recomendación es simple: busca otro trabajo. Me explico. Cuando empecé a trabajar en mi primer curro, tenía la motivación por las nubes: estaba aprendiendo cosas nuevas cada día y veía cómo mis skills mejoraban sin parar. Cada día tenía más y más ganas de seguir y darlo todo. Además de ello, los directivos de la empresa en la que estaba veían mucho potencial en mi trabajo y mis aptitudes, así que apostaron por mi.
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Cuando tienes dos jefes y no se ponen de acuerdo en si hacer un Excel o una web

¿Qué pasa cuando tienes dos jefes y cada uno tiene una visión distinta de la jugada? Que hay una mala gestión. ¿Qué pasa si, encima de todo eso, no se comunican entre ellos? Pues que arde Troya. Y menos mal que no teníamos lanzallamas en la oficina, porque habría ardido literalmente de tenerlos. Me explico. Todo empezó un bonito día que no recuerdo en qué caía. Estaba en la oficina trabajando en un proyecto que llevaba meses en marcha y que nos hacía mucha ilusión que saliese, o al menos, a mi me la hacía.
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¡Hola mundo!

Pues nada, siempre empiezo blogs y no añado nada en ellos, a ver si ésta es la buena. :) Importaré mis posts de Blogger aquí, a ver cómo se ven.
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